Jesús nos dio dos lecciones y son muy importantes.
El primer mandamiento:
"Ama a Dios con todo tu corazón, con toda tu Espíritu"
Todos somos hijos de Dios y traemos en nuestros corazones la intuición de su amor, es decir, conforme nos alejamos de los sentimientos de orgullo y egoísmo podremos entender su amor por nosotros.
No podemos ver a Dios, pero podemos amarlo sin haberlo visto, ya sabes cómo? amar todo lo que nos ha dado para nuestra alegría: el cielo azul, la noche estrellada, la luz y el calor del sol, por último, las plantas y los animales.
El segundo mandamiento:
"Ama a tu prójimo como a ti mismo"
Debemos tratar a los demás como nos gustaría que ellos nos trataran a nosotros. No es hacer a otros lo que no nos gustaría que nos hicieran.
Amarse a sí mismo no es egoísta, porque, quién no se ama, ¿cómo puede amar a los demás?
¿Y cómo amar? Quién no ama solo hace el mal, es violento, enojado y vengativo, miente, roba y usa drogas, estas actitudes son malas para si mismo, cuida por tanto de tu cuerpo y de tu espíritu.
Tener amor al prójimo es lo siguiente: a pesar de que nos duela una ofensa, es no tener sentimientos de odio,de rencor, venganza, el deseo del mal, es perdonar, olvidar la ofensas que nos han hecho, orar y extender la mano si lo necesitan.
Es retribuir con bien todo el mal que nos hacen.
Es hacer todo el bien posible.
¿Quién es nuestro prójimo?
El conjunto de la humanidad. Es posible amar a la humanidad? Aunque no. Es muy difícil para nosotros porque no estamos muy evolucionados. ¿Qué hacer al respecto? tratar de amar a los que están más cercanos, es decir, la familia y amigos, tratando de ser bueno para con el padre, madre y hermanos, ayudándolos, escuchando sus problemas, no pelear con ellos por cosas no importantes, respetando el tratarlos con cariño y paciencia.
Fuente: http://evangelizacao-infantil.blogspot.com
Blog de Simone Anastácio BH, MG, Brasil Evangelizadora del Grupo de Fraternidad
Espírita Irmã Scheilla (Centro Oriente) en Belo Horizonte.
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